RENUNCIA DE RESPONSABILIDAD : Las opiniones aquí expresadas pertenecen al autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista del Departamento del Estado de los EEUU, el Programa Fulbright, la Comisión Fulbright de Colombia, el Instituto de Estudios Internacionales (IIE) o la Universidad de los Andes. Léase todo con comprensión. Atentamente, Gabriel-Josué Hurst

sábado, 17 de julio de 2010

Acercamiento Frustrado, ¡La Embarramos!



El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, declaró a estar dispuesto a romper relaciones diplomáticas con Colombia si el gobierno de Bogotá continúa con las acusaciones de la presencia de guerrilleros colombianos en territorio venezolano.

El jueves, el gobierno de Álvaro Uribe mostró unos videos y proporcionó datos sobre la supuesta ubicación de los principales jefes de la guerrilla de las FARC y el ELN en el vecino país.


Caracas rechazó las denuncias y llamó a consultas a su embajador en Bogotá, al tiempo que envió una nota de protesta.


El gobierno de Chávez acusó a Uribe de querer "minar el terreno de una eventual normalización de las relaciones bilaterales".


"Si siguen con su locura, yo en las próximas horas voy a romper relaciones con Colombia", amenazó el mandatario a las cadenas de radio y televisión durante un acto en una universidad.



El presidente venezolano agregó que "eso haría más difícil, muchísimo más difícil las restituciones de las relaciones con el nuevo Gobierno que va asumir el próximo 7 de agosto".

Chávez se refería al presidente electo Juan Manuel Santos y su toma de posesión en esa fecha, a la cual dijo que no estaría asistiendo.

Con anterioridad, el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, emitió un comunicado en el que calificó de "patético espectáculo mediático" las declaraciones dadas el jueves por altos funcionarios colombianos sobre este caso.

Para el Ministerio de Exteriores venezolano, en todo esto "no ha faltado la intriga de la embajada de Estados Unidos en Bogotá, cuyo titular fue consultado por el ministro de Defensa".

En rueda de prensa Maduro deploró que estos hechos ocurran "sobre todo en momentos en que parecieran darse algunas señales para avanzar hacia un proceso de acercamiento con el nuevo gobierno de Colombia".


En cualquier caso, la victoria del ex ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, en las recientes elecciones presidenciales colombianas no parecía auspiciar un mejoramiento en la relación bilateral.

Sin embargo, se interpretó como una señal positiva el que Santos invitara a su homólogo venezolano a su próxima toma de posesión, aunque la invitación ya fue rechazada por Chávez.

En cuanto al tema de fondo –si líderes de las FARC y el ELN se encuentran o no en Venezuela– se limitó a reiterar el contenido del comunicado, que reza que "en la posibilidad de existir alguna presencia de grupos irregulares en la extensa frontera con Colombia, (el gobierno) actuará con el peso de la ley y la fuerza pública", del mismo modo en que dice haberlo hecho en el pasado.

Para Venezuela, las afirmaciones de Colombia son un "patético espectáculo mediático".


Observadores críticos, como el ex embajador venezolano Milos Alcalay, opinaron que la reacción del gobierno venezolano era de esperarse.

"Es un chantaje más. Lo que debería hacer una diplomacia seria es decir que va a sentarse a mirar las cifras, los datos, las fotografías que dice tener Colombia, para buscar una solución. Pero no aborda la cuestión de fondo", le dijo a BBC Mundo.

Para Alcalay no tiene base la aseveración según la cual el gobierno de Uribe está intentado torpedear cualquier posibilidad de un reestablecimiento de relaciones.

"Lo que está haciendo es facilitándole la labor (al nuevo presidente) Santos, porque le está dando los datos exactos. Hubiera quedado inconclusa la denuncia si no aporta los datos. Es como poner la casa en orden antes de dejar la presidencia", indicó.

Por su parte, el encargado de asuntos internacionales de la opositora Mesa de la Unidad Democrática, Timoteo Zambrano, señaló que "la denuncia sobre el terrorismo no tiene hora ni fecha".

"Hay que andar sobre eso muy rápido", aseguró.

"A lo mejor para el gobierno (colombiano) que entra, (la denuncia) es inconveniente diplomáticamente. Pero para el que sale es diplomáticamente conveniente, porque tendría la responsabilidad de no haberlo dicho en el momento oportuno para ello. De manera que es una situación muy compleja", declaró.


Mi opinión: Yo creo que los únicos que se benefician de esta clase de desavenecias entre Venezuela y Colombia son los grupos insurgentes como las FARC y el ELN. Agrupaciones irregulares de esta calaña han resultado ser muy astutas, y crean cortinas de humo para desviar nuestra atención de los asuntos que realmente pesan como la necesidad apremiante de reestablecer relaciones diplomáticas y el comercio bilateral que resulta gravemente perjudicado cuando los dos países se enzarzan en estos conflictos. 
 
Si Colombia hubiera estimado conveniente hacer este tipo de aseveraciones, por lo menos, podría haberle invitado a Venezuela a sentarse a la mesa y revisar los datos, cifras, fotografías y coordenadas para buscar soluciones. Me parece aberrante que Gabriel Silva, el actual ministro de Defensa, no haya incluido a su homólogo venezolano en la reunión privada con los directores de los medios de comunicación en donde se exhibieron fotos, vídeos y se entregaron coordenadas que avalarían la presencia  "confirmada, clara, concreta de terroristas de las FARC y ELN en Venezuela." Y como si fuera poco, Silva exacerba la situación, negándose a autorizar la divulgación de estos datos por "asuntos de seguridad nacional." Si va a aducir algo de estas dimensiones, que se cerciore, por lo menos, de que Venezuela cuente con todos los datos. Si no, su argumento queda sin pies ni cabeza.
 
Por otro lado, Venezuela no debe desestimar tan a la ligera las "acusaciones" de Colombia de que grupos al margen de la ley estén usando el país como un refugio o guarida. Es bien sabido de todos que Rodrigo Granda, el canciller de las FARC, fue aprehendido en Venezuela en el año 2004 y también lo fue "Beto" Rentería, uno de los narcos más buscados del cartel del Norte del Valle, la semana pasada. Lamentablemente, el narcotráfico colombiano se está desbordando a otros países en la región, sin que estos países lleven la culpa.  
 
Venezuela no tiene por qué pensar que Colombia le está "acusando." Este verbo está muy cargado y, a mi juicio, su uso frecuente está caldeando los ánimos y obnubilándonos la razón. Hasta donde entiendo yo, las supuestas pruebas no sugieren que Venezuela esté respaldando a estos grupos irregulares económicamente; simplemente, en ellas se tiene constancia de que están presentes y nada más en territorio venezolano. 
 
Vuelvo a repetir que los únicos que se salen con la suya en este tipo de roces diplomáticos son los grupos insurgentes, en contra de cuya proliferación Venezuela y Colombia dicen estar comprometidas en contrarrestar. Hago un llamado energético a la cordura y a los ánimos apaciguados.
 
 
 

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