RENUNCIA DE RESPONSABILIDAD : Las opiniones aquí expresadas pertenecen al autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista del Departamento del Estado de los EEUU, el Programa Fulbright, la Comisión Fulbright de Colombia, el Instituto de Estudios Internacionales (IIE) o la Universidad de los Andes. Léase todo con comprensión. Atentamente, Gabriel-Josué Hurst

lunes, 27 de febrero de 2012

Estudiantes "fantasma" de Buenaventura



A los carteles de la salud y de la contratación, que tanto escandalizaron al país en los últimos dos años, les apareció una terrible competencia. En su visita a Buenaventura, la semana pasada, el presidente Juan Manuel Santos denunció que en ese puerto y 14 poblaciones más del país miles de estudiantes 'fantasma' sirven a los responsables para esquilmar las finanzas del Estado. Era lo único que faltaba.

El asunto se destapó el año pasado cuando, al comparar la matrícula de 2010 con la de 2011, el Ministerio de Educación encontró un aumento desproporcionado de los estudiantes matriculados en las Secretarías departamentales de Casanare y La Guajira, así como en los municipios de Yopal, Riohacha, Uribia, Apartadó, Turbo, Jamundí, Magangué, Malambo, Soledad, Tumaco, Ipiales y Girón. Tras investigar durante varios meses, los funcionarios descubrieron que en estas localidades había 97.000 estudiantes inexistentes que les permitieron recibir a los municipios más de 132.000 millones de pesos en 2011.



De todos ellos, el caso más preocupante es Buenaventura, donde, según la ministra María Fernanda Campo, el 36 por ciento de la matrícula de primaria y bachillerato es falsa. Es decir, que de los 111.600 estudiantes que aparecen en los registros, 40.600 no existen. Esto significaría que el municipio recibió 54.500 millones de pesos de más, esto es 1.300.000 pesos al año por alumno, recursos que ahora la Fiscalía y la Contraloría General están rastreando para determinar en cuáles bolsillos terminaron. El caso es delicado, no solo porque los responsables estarían abocados a responder por delitos y faltas disciplinarias, sino porque "en torno a la educación se armó un 'carrusel' en el que, entre más estudiantes, más maestros, más alimentación escolar y más transporte fraudulentos", dijo Campo.

El origen del problema se remonta a 2004, cuando el gobierno nacional, con el objetivo de ampliar la cobertura de la educación básica y secundaria, empezó a girar importantes recursos a los departamentos y municipios del país. Se trataba tanto de construir o ampliar colegios públicos, como de pagarles a los privados para que recibieran más estudiantes. La Alcaldía de Buenaventura privilegió esta figura, y hoy no parecen claros los motivos. De hecho, mientras que actualmente hay 39 instituciones educativas públicas, existen 558 sedes y subsedes de colegios privados que no son otra cosa que pequeñas casas de familia en barrios subnormales convertidas en escuelas con un solo baño, piso en cemento, paredes al desnudo, poca iluminación y escasa ventilación (ver fotografías). A pesar de todo el despilfarro, de una población de 140.000 niños en edad escolar, 30.000 siguen por fuera del sistema.

 Hay casos tan absurdos como el de una humilde edificación en el barrio 14 de Julio donde funcionan tres colegios: San Judas Tadeo, Margarita Hurtado y Superior Real Sociedad. El secreto está en que allí hay supuestamente tres jornadas a lo largo del día, una por cada colegio. "Desde hace un par de años nos ofrecen recibir más estudiantes en los colegios, especialmente en los privados, pero era obligatorio preguntar ¿son de carne y hueso, o de mentiras?", dijo a esta revista el rector de un colegio, que pidió reserva.

En las últimas semanas han empezado a aparecer las relaciones entre los dueños de los colegios y algunos políticos de la ciudad que, si bien no son ilegales, por lo menos llaman la atención, en especial porque Buenaventura es el fortín político del polémico exsenador Juan Carlos Martínez Sinisterra, condenado por parapolítica.
  
Por ejemplo, al colegio Cooperativo Perla del Pacífico (Cooperpa) le asignaron en febrero de 2011 un contrato por 1.650 millones de pesos para atender a 2.200 niños durante diez meses. SEMANA investigó el origen de esa institución y encontró que si bien existe desde 1994, solo se inscribió en 2004 en la Cámara de Comercio, justo cuando comenzaron los convenios. El dueño del colegio es Luis Alberto Figueroa Carabalí, hermano del exdiputado del PIN Yiminson Figueroa en el Valle. Frente a esa relación política, Luis Alberto se defiende y alega que su hermano nunca incidió en los contratos y dice que la prueba es que "el colegio existía mucho antes de que fuera diputado del PIN". No obstante, Figueroa Carabalí aparece en el listado de visitantes de Martínez en la penitenciaría de La Picota.

Una relación similar existe en el colegio Centro de Formación Integral Margarita Hurtado, cuyo convenio le permitió atender 1.600 estudiantes en 2011. Aunque su verdadero propietario y fundador ya no figura en los certificados de Cámara y Comercio, en Buenaventura todos saben que quien controla la institución es el profesor Eliécer Candelo Viáfara, esposo de la recién electa concejal del PIN María Yovana Rodríguez. Es evidente que ese colegio no solo se benefició de los jugosos contratos con el municipio, sino que además se usó como plataforma de campaña para la esposa de Candelo.

  
Las presuntas irregularidades en el sistema educativo oficial de Buenaventura ya habían sido investigadas y denunciadas el año pasado por la entonces contralora Betty Arboleda. Tras realizar auditorías, denunció no solo los alumnos 'fantasma' sino un presunto detrimento patrimonial de 25.000 millones de pesos. Pero, irónicamente, esas auditorías aceleraron un proceso en su contra que culminó cuando la procuradora provincial María Cristina González la declaró insubsistente. "Fue una retaliación por atreverme a investigar el tema", dijo la excontralora.

Por esos mismos convenios con colegios privados, dos secretarios de Educación del alcalde liberal Saulo Quiñones (2003-2007) se encuentran hoy en detención preventiva domiciliaria. Se trata de Irma Janeth Alomía y Juan Demetrio Panameño Valencia, quien aclaró que la Procuraduría y Contraloría ya fallaron a su favor y que espera "que ocurra lo mismo en la Fiscalía". Pero llama la atención que uno de los colegios beneficiados con los contratos en 2011 es la Fundación Gimnasio Cooperativo del Pacífico, en cuya mesa directiva están la esposa y el hijo de Panameño Valencia, quien explicó: "no tengo nada qué esconder porque para la época en que fui secretario no se contrató con esa entidad".




Frente a estas denuncias, el actual alcalde de Buenaventura, Bartolo Valencia, quien pertenece a la misma cuerda política de su antecesor, advirtió que los estudiantes 'fantasma' se deben a un simple error de información y que esos alumnos "sí existen y son de carne y hueso". Pero lo cierto es que la auditoría, realizada por una empresa de altísima credibilidad, hace parte de los procesos que se adelantan en los organismos de control y en la Fiscalía contra los posibles responsables. En la mira están el exalcalde José Félix Ocoró y sus secretarios de Educación Yulanda Amú y Carlos Cadavid.

Además de Buenaventura, las autoridades siguen a todos los municipios denunciados, como Turbo, en los que, según el Ministerio de Educación, no pudieron encontrar 10.500 de los 52.000 estudiantes reportados. O Riohacha y Uribia, en La Guajira, donde recibieron 30.000 millones de pesos de más.



Frente a todo esto, el Ministerio de Educación comenzó a investigar toda la matrícula del país. "Iremos a todos los entes territoriales y hasta al colegio más distante y escondido con el fin de saber cuántos estudiantes tenemos realmente y vigilar la utilización de los recursos públicos asignados", dijo la ministra Campo. Esto quiere decir que el capítulo del carrusel de la educación apenas comienza. 

(Cortesía SEMANA bajo el título "Así se perdió la plata de la educación"). 

http://www.semana.com/nacion/perdio-plata-educacion/172736-3.aspx

viernes, 24 de febrero de 2012

Piel clara es igual a más escolaridad


“La mayor parte de los países de América Latina y el Caribe puede ser caracterizada, con seguridad, como pigmentocracia: las personas más educadas tienden a tener el color de la piel más claro, mientras que aquellos con menor nivel educativo tienden a tenerlo más oscuro”. Así lo concluye una investigación del Barómetro de las Américas y el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (Lapop), de la Universidad de Vanderbilt, centrada en la pregunta de si el logro educativo, un indicador clave de estatus socioeconómico, está relacionado con el color de la piel en la región.

Según el estudio, estas diferencias son estadísticamente significativas en la mayoría de casos y, de acuerdo con las encuestas planteadas a partir del hecho de ser países multirraciales, la relación negativa entre el color y el logro académico es independiente del origen de clase y de otras variables conocidas por afectar el estatus socioeconómico. “Así, encontramos que el color de la piel, una medida central de la raza, es una fuente importante de estratificación social en todas las Américas hoy en día”, advierte el Barómetro.


Precisamente, una de las conclusiones de la investigación es que la raza ha sido sorprendentemente ignorada por muchos destacados científicos sociales en la región, quienes han privilegiado explicaciones basadas en la clase social: “No es que la clase no sea importante. Raza y clase operan juntas para dar forma a la estratificación en las Américas”, dice el informe, agregando que esa tendencia ha cambiado a partir de que la mayoría de censos en América Latina, por ejemplo, preguntan ahora si el entrevistado se identifica a sí mismo como indígena o negro (afrodescendiente). Y destaca cómo un puñado de países, como Brasil y Colombia, han ido más lejos al instituir programas de “acción afirmativa” basados en la raza. “Estos cambios se han dado en gran medida como respuesta a los crecientes movimientos sociales negros e indígenas en toda la región”.


De hecho, desde 1944, el antropólogo chileno Alejandro Lipschultz había acuñado la idea de América Latina como una “pigmentocracia”, donde las jerarquías sociales de la región están basadas en la etnia y el color de piel. El análisis sugiere que dicho concepto ha sido en gran parte ignorado, hasta hace poco, cuando la investigación ha empezado a documentar desigualdades raciales basadas en los nuevos datos censales acerca de la identificación racial.


En Colombia, hace algunos años, Héctor Abad definió en una de sus columnas la pigmentocracia como el hecho “de que el color de la piel de los gobernantes no es el mismo que el de la mayoría de la población, sino, paradójicamente, el de una élite minoritaria”. Y advirtió que la creencia general, falsa por cierto, era que aquí no había ningún problema étnico y nadie era discriminado por el color de la piel. Hoy, con leyes como la que penaliza hasta con cárcel la discriminación de todo tipo, se trata de cambiar esa realidad, aunque las zonas con mayoría de población indígena y afrodescendiente —como Chocó y Cauca— siguen siendo las más pobres y atrasadas, no sólo en educación sino también en infraestructura y atención social.

jueves, 23 de febrero de 2012

Convocatoria de Becas Fulbright para Líderes Afrodescendientes en Colombia


Abierta del 15 de febrero al 31 de mayo de 2012

(Fechas, términos y condiciones sujetos a modificaciones)
 
Descripción

El gobierno de Colombia, por medio del Ministerio de Educación Nacional y el Programa Presidencial para Asuntos Afrocolombianos, y el gobierno de Estados Unidos, por medio de su Agencia para el Desarrollo Internacional- USAID, han unido esfuerzos con Fulbright Colombia para ofrecer becas a colombianos pertenecientes a las comunidades afrodescendientes para que realicen estudios de maestría o doctorado en universidades de Estados Unidos a partir de agosto de 2013.

El programa incluye un apoyo preacadémico para cursos de inglés, preparación para exámenes TOEFL y GRE, y/o costo de los exámenes. Tiene también un componente de liderazgo cuyo objeto es generar conciencia del rol de los beneficiarios como futuros líderes, para así, responder a las necesidades críticas de la comunidad afrodescendiente en Colombia. Los aspirantes deben demostrar la relevancia del programa de estudios para el desarrollo de sus comunidades y del país.

Una vez terminen sus estudios, los becarios tienen la obligación de regresar a Colombia para revertir en sus comunidades y en el país los conocimientos adquiridos.

Áreas de estudio

El programa incluye todas las áreas de estudio, excepto las áreas clínicas de la salud, siempre y cuando el proyecto académico esté enmarcado en un tema de relevancia para el desarrollo de las comunidades afrodescendientes y del país.

Requisitos para concursar
Ciudadanía  Ser ciudadano colombiano (no tener doble ciudadanía colombo-estadounidense).
Perfil específico Edad máxima aceptada para aplicar a la convocatoria en la fecha de cierre es de 38 años para maestrías y doctorados
Formación universitaria   Contar con un título profesional universitario de un programa con una duración mínima de cuatro (4) años y haber obtenido el grado a más tardar el 31 de diciembre de 2011. No se aceptan títulos de programas técnicos o tecnológicos, o grados posteriores a la fecha anteriormente indicada.
 Excelencia académica Acreditar un promedio mínimo acumulado de 3.75 en los estudios universitarios previos: pregrados y maestrías finalizados. Los programas de extensión o las especializaciones sólo se tendrán en cuenta en la evaluación cualitativa.
Estudios avanzados y experiencia en investigación Los aspirantes a programas de doctorado deben acreditar maestría previa o experiencia en investigación (los doctorados en Derecho, Filosofía, Arquitectura y Salud Pública requieren tener una maestría previa finalizada. Para Derecho, la maestría debe haber sido realizada y finalizada en EE.UU.).
Proyecto académico Presentar un proyecto académico (Ensayo dentro del formulario de solicitud, relevante para el desarrollo de la comunidad a la que pertenece el aspirante y para el país)
Conocimiento de inglés Acreditar conocimientos satisfactorios del idioma inglés con un puntaje no inferior a 80 en IBT TOEFL; 213 en CBT TOEFL; 550 en PBT TOEFL o 6.0 en el IELTS. Los resultados deben estar disponibles a más tardar el 31 de mayo de 2012, sin excepción.
   
Restricciones
•    No estar adelantando estudios de maestría o doctorado en EEUU al momento de la aplicación a la convocatoria de becas.
•    No haber sido beneficiario de una beca Fulbright para estudios de postgrado anteriormente.
•    No haber realizado estudios universitarios en EEUU entre mayo de 2010 y mayo de 2012.
•    No concursar simultáneamente en otras convocatorias auspiciadas por Fulbright Colombia.
•    No concursar simultáneamente en convocatorias apoyadas con recursos de entidades del Gobierno Nacional
•    No tener o estar tramitando residencia, ciudadanía o visa de trabajo estadounidense.
•    No estar residiendo en los EE.UU. al momento de presentarse a la convocatoria y durante todo el tiempo de la misma.
•    No pueden participar miembros de las Fuerzas Armadas, según restricción de USAID.
•    Quedarán excluidos los candidatos que hayan vivido en EE.UU. durante cinco años consecutivos entre mayo de 2006 y mayo de 2012. Si usted ha permanecido en ese país por 9 o más meses dentro de un año calendario, se considera que ha residido durante un año.

Beneficios y financiación
Beneficios Descripción
Valor parcial o total de la matrícula La beca de matrícula es gestionada por Fulbright a través de sus agencias cooperadoras ante las universidades en EE.UU. Estas últimas son las que definen el rubro de beca o exención de matricula que otorga a cada becario. El valor de la matrícula que no sea cubierto por la beca debe ser asumido por el becario.
Rubro para excedente de matrícula Si el cubrimiento de la matrícula es parcial, la beca contempla un rubro para cubrir costos de matrícula adicionales de hasta US$ 6.000 por año. El valor de la matrícula que no sea cubierto por la beca deberá ser asumido por el becario.
Sostenimiento y gastos generales US$ 1,600 mensuales
Derechos de inscripción universitarios Hasta en 4 universidades en las cuales se gestionará la admisión, una vez el candidato sea seleccionado.
Rubro anual para gastos universitarios Hasta US$ 1.500 por año.
Rubro para instalación, libros y materiales    Hasta US$ 2,000 al inicio del programa de estudios.
Tiquetes aéreos internacionales Un tiquete aéreo de ida y regreso en clase turista.
Costos relacionados con la presentación de los exámenes de admisiónTOEFL/IELTS yGRE/GMAT Hasta US$ 2.000, en caso de ser necesario.
 Curso intensivo de inglés o pre académico en EE.UU.  Curso intensivo de inglés hasta de tres meses, una vez sea seleccionado. Valor estimado de US$ 9.000.
Seminarios de orientación en Colombia y EE.UU.  Preparación para el viaje a EE.UU. y seminarios de inmersión en la vida y cultura estadounidenses previos al inicio del programa de estudios.
 Cursos de enriquecimiento profesional en EE.UU.  Cada año se ofrecen cursos en temas específicos a los becarios Fulbright de todo el mundo, usualmente en una ciudad diferente a aquélla en la cual se encuentran estudiando.
Componente de liderazgo  Un taller de liderazgo previo a la partida a EE.UU.
Seguro de salud y accidente  Seguro básico de cubrimiento en salud y accidentes. Las preexistencias no están incluidas en el cubrimiento.
 Costo y trámite de la visa  Para los becarios y sus dependientes, esposo(a) e hijo(s).
 Monitoreo durante el periodo de estudios Administración de los procesos de inmigración, legales, académicos y personales.

Los gastos que no cubra la beca son responsabilidad del becario, los cuales podrían ser: costos parciales no cubiertos por la exención de matrícula en caso que los hubiere y/o rubros universitarios no cubiertos por la beca; gastos de tesis; y costos del seguro médico especial que cubra los requerimientos de salud que necesite el becario. También deberá asumir costos adicionales en los que pudiera incurrir y que no se hacen explícitos en esta convocatoria. La beca no cubre costos de acompañantes.

Duración
Los beneficios se otorgan por un período máximo de 24 meses para programas de maestría y de doctorado, período durante el cual, Fulbright hará seguimiento a los becarios con relación a su rendimiento académico con el fin de hacer efectiva la condonación del mismo.

Criterios de Evaluación
El programa Fulbright otorga becas a individuos que sobresalen por sus logros académicos y profesionales, por su liderazgo, por su propuesta académica y por el impacto que representen sus estudios para el país. Los candidatos son evaluados por su desempeño previo y por su habilidad de crear e innovar, de plantear soluciones a problemas reales en Colombia, de avanzar hacia las metas de desarrollo de país, de ser multiplicadores del conocimiento y de la experiencia adquirida, por su sentido de servicio al país, y por su interés en contribuir a las relaciones entre Colombia y los EE.UU.En este sentido tanto los ensayos como las cartas de recomendación representan elementos fundamentales de la solicitud.

Se les dará prioridad a los candidatos que no han tenido experiencia previa significativa en los EE.UU.

Cómo concursar
Los interesados deben registrarse, diligenciar y enviar la solicitud en línea a más tardar el 31 de mayo de 2012, a las 11:59 p.m. La información consignada en los formularios se entenderá como verídica. No serán tenidas en cuenta solicitudes incompletas o mal diligenciadas.Si en el momento de presentarse a la convocatoria, el candidato ya tiene admisión en una universidad estadounidense, esto no lo inhabilita para concursar y ser seleccionado.

Las aplicaciones recibidas hasta el 31 de mayo de 2012, completamente diligenciadas y que cumplan con todos los requisitos para concursar, pasan por varias etapas de selección que incluyen una revisión técnica de requisitos y diligenciamiento completo en línea, evaluación académica externa, entrevista, revisión de comités administradores de Fulbright y sus socios, y aprobación final de la junta directiva de Fulbright Colombia y del J. William Fulbright Foreign Scholarship Board del gobierno de los Estados Unidos.

Para iniciar su proceso de postulación, haga clic aquí Aplicación en línea

Cronograma
Abre convocatoria  Febrero 15 de 2012
Cierra convocatoria   Mayo 31 de 2012
Evaluación académica y entrevistas Junio a agosto de 2012
Selección final Agosto 10 de 2012
Admisión en universidades de EEUU Noviembre 2012 a mayo 2013
Componente de liderazgo Mayo de 2013
Cursos preacadémicos en EEUU Mayo a agosto de 2013
Inicio de programa académico en EEUU  Agosto de 2013

Información de apoyo

Para más información sobre la becay cómo presentar la solicitud, revise los siguientes documentos:

Instructivo para concursar y diligenciar la solicitud en línea
Exámenes requeridos para la beca
Guidelines for applications in the Arts
Listado de áreas de estudio de la beca


Para inquietudes adicionales los interesados pueden hacer sus consultas en la Asesoría en Línea.

 

Notas importantes:

•    Los cupos y beneficios están sujetos a cambios.
•    Los documentos publicados en esta sección pueden sufrir modificaciones. Por favor verifique que los documentos que descargue sean la versión más reciente publicada.
•    La postulación a la presente convocatoria 2013 de becas se hará únicamente a través del sistema de aplicación en línea del website. No se recibirán documentos originales ni copias en físico en las oficinas de Fulbright Colombia.
•    En caso de ser seleccionado, usted deberá presentar documentos y cartas de recomendación originales.
•    Los interesados deben diligenciar completamente y revisar su solicitud antes de remitirla a Fulbright. La información consignada en los formularios se entenderá como verídica. No serán tenidas en cuenta solicitudes incompletas o mal diligenciadas.
•    Los candidatos deben asegurarse de presentar los exámenes requeridos con tiempo suficiente para que los resultados estén disponibles a más tardar el 31 de mayo de 2012. Para esto Fulbright recomienda presentar los exámenes, a más tardar, 4 semanas antes del cierre de la convocatoria. Las postulaciones que no cumplan con este requisito no serán tenidas en cuenta para el proceso de selección.
•    Los profesionales con discapacidad deben tener en cuenta los tiempos de adjudicación de adaptaciones o apoyos de acuerdo con su discapacidad para la presentación del examen TOEFL o IELTS y GRE o GMAT, ya que el proceso de evaluación de cada caso y la aprobación de éstos puede tomar entre 6 y 8 semanas.
•    Los promedios de estudios universitarios en el exterior deben ser convertidos a la escala colombiana para poder hacer el cálculo de promedio mínimo requerido.
•    No se harán excepciones a ninguno de los requisitos de la beca.
•    En caso de ser nominado para la beca, usted debe realizar el examen GRE a más tardar el día 10 de octubre de 2012. El puntaje mínimo promedio requerido para iniciar trámites de admisión en las universidades es de 1000 puntos en el antiguo GRE0 300 puntos en el GRE Revised General Test. Sin embargo muchas universidades exigen puntajes superiores.

Habla 11 idiomas y quiere aprender más

lunes, 20 de febrero de 2012

Restitución de tierras: guerra de clases o cruzada de lo legal contra lo ilegal


A pesar de radicar fuera de Chibchombia en Gringolandia, he seguido muy de acerca el avance de la Ley de Restitución de Tierras a las víctimas del conflicto armado que ha generado encontradas reacciones en diferentes sectores del país. Si bien la iniciativa ha ostentado gran acogida en todo el país, la aceptación en Antioquia, donde ciertos gremios afincan su poder económico y político en la ruralidad, ha sido bastante tibia y acusa ribetes regionalistas. 

Lamentablemente, la tenencia de tierras sigue siendo en Colombia el gran generador de conflicto, como lo ha sido desde los albores de la Conquista. Para comenzar, el divorcio político entre Juanma y Uribe ya es historia patria, pues el compromiso de Juanma por devolverles el suelo a campesinos despojados lo ha distanciado de manera definitiva del uribismo y de los ideales que éste representa, así esa no hubiera sido su intención. 

En lo corrido de este año, Juanma ha hecho una serie de alocuciones públicas en Barranquilla y Necoclí, en las que ha reafirmado su respaldo al proceso de devolución de predios ilícitamente usurpados por actores armados a las víctimas del conflicto armado. Sin lugar a dudas, esto tiene pocos precedentes en un país ultraconservador como Colombia, donde los gobernantes han sido en general alérgicos a "meterle pueblo" a temas distintos a la paz o el secuestro y sólo hacen grandes concentraciones en ocasiones electorales y para algunos objetivos puntuales. 

La decisión de Juanma de irse a Barranquilla y Necoclí a solidarizarse con las víctimas del despojo territorial a Uribe debió habérsele caído como patada al estómago. Los adeptos más acérrimos del uribismo lo han interpretado como un acto totalmente improcedente porque marca una ruptura con las élites de las que él hace parte (o ha hecho parte) que lo catapultaron a la dirigencia del país y que ven a Uribe como su líder ideológico. 


El disgusto de Uribe se debe a que él teme que el proyecto de ley estimule una "lucha de clases" que redundaría en un entripado entre la gran mayoría de ciudadanos que respalda la iniciativa y los empresarios del campo y dueños de fincas. Los empresarios de agro antioqueños tienen motivos de sobra para estar preocupados, pues se pusieron a comprar  tierras en el Bajo Cauca, el Urabá y en los Montes de María, tierras que se han convertido en los últimos años en focos del desplazamiento forzado. El Urabá ha sido una de las zonas que más ha sufrido los embates de la violencia en Colombia y allí fueron despojadas 41.790 hectáreas mediante suplantaciones, falsificaciones de resoluciones y otros fraudes realizados, incluso con la complicidad de funcionarios públicos.

Se cree que estos empresarios no aplicaron con rigor los controles necesarios para saber el origen de los predios que compraron y cerciorarse de que en ellos no había despojo coaccionado. Entiendo en parte la frustración de los terratenientes paisas, pues se verán en la penosa situación de tener que defenderse ante los estrados judiciales y dar pruebas fehacientes de su probidad y condición de "compradores de buena fe". Por ley, uno es inocente hasta que se compruebe lo contrario. Sin embargo, la verdad sea dicha, nadie les dijo que se pusieran a comprar predios de dudosa procedencia en uno de las regiones del país que más ha sufrido el azote del desplazamiento forzado. 


Que tengan que comparecerse ante los tribunales y rendir cuentas, no debe resultarles de extrañeza. Si son tan probos y rectos cómo se dicen ser, no tienen nada de qué temer, pues el que nada debe, nada teme. Que se sometan al proceso y se dispongan a cooperar donde sea posible y hasta las últimas instancias con la ley; de lo contrario, ellos mismos estarían amancillando su propia reputación "intachable" porque algo seguramente estarán ocultando. Por algo, esos señores tienen su tapado. 


Este dilema cada vez más está tomando un cariz altamente preocupante, pues los detractores de la ley la consideran como una de las herramientas más execrables que está empleando Santos para exacerbar la creciente animosidad entre los campesinos despojados y los empresarios de agro en Colombia. Según las cifras oficiales, 40 por ciento de los predios rurales colombianos, cerca de 1,2 millones, carecen de titulación y la meta del gobierno de Santos este año es formalizar medio millón de hectáreas. Si bien aplaudo la osadía de Santos de afrontar este problema e imponer de una buena vez una cultura de respeto a la legalidad, me genera mucha preocupación que la violencia en Colombia se recrudezca y se ocasionen más muertes.


María Jimena Duzán tenía razón al decir que los enemigos más recalcitrantes que tiene la restitución de tierras se hicieron públicos después de la manifestación en Necoclí. Me temo que los campesinos que hicieron acto de presencia en aquella marcha tal vez se hayan colgado sus propias lápidas al cuello. Por lo menos, así lo indica la resistencia que están oponiendo ciertos gremios agrícolas que se beneficiaron del desplazamiento forzado y se abocaron con total desvergüenza a la rapiña de tierras para adelantar megaproyectos. Quizás peque de pesimista pero concuerdo con Hollman Morris cuando dijo que la Ley de Restitución tal vez deje más muertos en Colombia y radicalice el espiral de violencia. Todo esto deja más preguntas que respuestas. 

¿Los paisas están berracos?



En el acto central de celebración de los 100 años del periódico El Colombiano de Medellín la semana pasada sorprendió que el presidente Juan Manuel Santos no fuera recibido con la ruidosa ovación a la que está acostumbrado cuando asiste a foros y actos públicos. En esta oportunidad, Santos se encontró con un auditorio frío y distante, de más de 800 personas, y su discurso fue interrumpido por aplausos solo en dos ocasiones y de manera breve: cuando hizo alusión al expresidente Álvaro Uribe y cuando respaldó el billonario proyecto de Autopistas de la Montaña.

La falta de entusiasmo con la que la clase dirigente antioqueña recibió al jefe del Estado ha coincidido con una serie de editoriales de los dos periódicos emblemáticos de esa región contra el gobierno. El Mundo se fue lanza en ristre contra la marcha en favor de las víctimas del despojo de tierras que se organizó en Necoclí, evento respaldado y promovido desde la Presidencia de la República. "No le luce a un demócrata integral como él, heredero del talante republicano de su abuelo, el expresidente Eduardo Santos, imitar las veleidades populistas de ciertos 'nuevos mejores amigos"', señaló el diario liberal que dirige Guillermo Gaviria Echeverry, padre del actual alcalde de Medellín.

Una posición similar frente a la marcha asumió el periódico El Colombiano, que lo consideró un acto populista del gobierno y un riesgo para los desplazados. En los últimos días el diario conservador ha ido mucho más allá. El editorial 'Obras son amores' del pasado martes se fue con todo: "Antioquia se ha sentido marginada de las decisiones que se toman en las altas esferas del Estado. Esto ha llevado a muchas personas a pensar que existe un trato discriminatorio, una especie de acción concertada, en los más altos niveles del poder, contra los paisas".

Pero no solo ha llamado la atención la frialdad de Antioquia con Santos, también ha causado desconcierto la apatía que se observa en ciertos sectores de esa región hacia la política de restitución de tierras, bandera del gobierno. Mientras en todo el país la Ley ha tenido gran aceptación, entre los antioqueños no ha despertado el mismo entusiasmo. No deja de sorprender que una política cuyas bondades parecen incontrovertibles, pues se trata de devolverles el suelo a campesinos que fueron despojados por los bandidos, genere un sentimiento agridulce en Antioquia.

Esta revista se puso a indagar cuáles son las verdaderas reservas que tienen los paisas frente a la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras y qué está motivando el malestar general que se percibe en la región frente al gobierno central. El tema es 'comidilla' de cocteles y clubes en Medellín, pero nadie quiere ventilarlo públicamente. Por esta razón, las fuentes consultadas prefirieron mantener sus nombres en reserva.

Lo primero que hay que concluir es que no se trata de un sentimiento generalizado de disgusto del empresariado antioqueño o de toda la clase dirigente. Hay matices. Por ejemplo, frente a la restitución de tierras, las mayores dudas sobre esta política provienen de los llamados empresarios del agro, que en las últimas dos décadas se dedicaron a comprar tierras en los Montes de María, el Bajo Cauca o el Urabá. Este proceso, como dice un reconocido industrial de la región, ha sido considerado "casi otra colonización antioqueña". Si estos empresarios no aplicaron con rigor -como algunos piensan que sucedió-, los controles suficientes para saber el origen de los predios y si hubo despojo o abandono forzado en el pasado, esa negligencia los podría meter en problemas. Tendrán que demostrar que fueron compradores de buena fe. "En Antioquia, como en otras zonas del país, hubo inversionistas que compraron al por mayor, a precios no justos, y luego vendieron al por menor. Estos son los más inquietos con la Ley y los que no están tan entusiasmados con la misma", afirmó una de las fuentes consultadas por SEMANA.

Otra cosa es el llamado empresariado moderno de Antioquia, que ve con interés la Ley de Restitución de Tierras, pero que tiene algunas reservas frente a su aplicación. Aunque ninguno de los llamados cacaos se opone abiertamente a la Ley, después de los apoyos protocolarios, salen a flote algunas reservas.

En los círculos de la élite empresarial se comenta el malestar que ha creado el hecho de que se invierta la carga de la prueba, es decir, que tengan que defenderse ante los jueces agrarios para demostrar que fueron compradores de buena fe. Para cualquier empresario que ha tenido una vida intachable de honestidad y ética es un factor incómodo tener que dar pruebas de su probidad ante los estrados judiciales. Cabe recordar el caso del empresario Fabio Rico Calle, quien después de una vida transparente, sin tacha en sus negocios y apegado a cánones de la ética, se vio envuelto en un negocio que le amargó los últimos días de su existencia.

Con la Ley de Restitución de Tierras no solo individuos sino compañías pueden tener inquietudes comparables. Cemento Argos, por ejemplo, uno de los tres pilares del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), adquirió tierras a precios comerciales en Montes de María para desarrollar proyectos de reforestación y hoy tiene que explicarles a los jueces que es poseedor de buena fe. Este es un proceso que tiene mal sabor por tratarse de una empresa y unos directivos cuya integridad nadie en Antioquia ni en el país pondría en tela de juicio.

El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, afirma que casos como estos no deberían preocupar, pues los contempló la Ley: "Aquellos que compraron de buena fe exenta de culpa, tendrán que entregar el bien a ser restituido y serán compensados".

La inconformidad paisa frente a la ley más ambiciosa e importante de este gobierno, estaría basada en la preocupación de que la puesta en marcha de esta política podría ser más complicada de lo que se pensaba. Algunos, como los bananeros de Urabá, han expresado serias dudas sobre la posibilidad de que el gobierno logre aplicarla correctamente y que de esta se beneficien realmente los despojados con proyectos productivos para ellos. El ministro de Agricultura, en una carta que le dirigió al presidente de Augura, Roberto Hoyos, asegura que el gobierno no restituirá tierras peladas a las víctimas del desplazamiento y el despojo y garantizó que el proceso estará acompañado de proyectos productivos.

La distancia entre los dos…

Detrás del malestar regional con el gobierno central hay una mezcla de todo un poco. Un hecho que ha caído muy mal en Antioquia son los pronunciamientos de autoridades nacionales sobre los tres más importantes proyectos de la región: Autopistas de la Montaña, Túnel de Oriente y la Central Hidroeléctrica Porce IV que construye EPM.

Entre los antioqueños se ha llegado a considerar que existe un trato discriminatorio o incluso una conspiración contra la región. Este sentimiento, que es bastante absurdo, obedece en el fondo a la coincidencia de que están enredados simultáneamente los tres proyectos claves del departamento. En las Autopistas de la Montaña, que conectará a la costa Atlántica con el Pacífico, pasando Antioquia, la Procuraduría advirtió sobre presuntas irregularidades en el contrato interadministrativo que firmó el gobierno con la empresa ISA para el diseño y la construcción de esta obra. En el Túnel de Oriente, el ministro de Ambiente, Frank Pearl, ha pedido más estudios para determinar el verdadero impacto que producirá esta anhelada obra. Y en cuanto al de EPM, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) ordenó el pago de 23.000 millones de pesos por lo que considera incumplimiento de la promesa de generación de energía en Porce IV.

Responsabilizar al presidente Santos por la parálisis de estas obras no parece muy lógico, porque en ningún caso las decisiones adoptadas son de su competencia. Entre otras cosas, el propio presidente ha expresado su respaldo a estos proyectos. En su discurso con ocasión de los 100 años de El Colombiano, Santos anunció su compromiso total con las Autopistas de la Montaña y el Túnel de Oriente. "Quiero reafirmar ante ustedes el compromiso inequívoco del gobierno con las Autopistas de la Montaña. Este es un proyecto para la prosperidad del país ¡Y lo vamos a hacer! ¡Que no haya duda sobre este compromiso!".

Frente al desencanto que pueden estar sintiendo los paisas con el gobierno Santos, hay un elemento de gran peso y es el factor Uribe. Hay una evidente solidaridad de un sector amplio de los antioqueños con el expresidente, quien ha sido un duro crítico del gobierno. A Uribe, por ejemplo, no le gusta la Ley de Restitución porque en su opinión se está estimulando una lucha de clases que se traduce en animadversión contra los empresarios del campo. Al fin y al cabo él, los paisas y muchos colombianos consideran que el mayor éxito de su gobierno es que la gente haya podido regresar a sus fincas. Un agite social en estos momentos, lejos de consolidar ese logro, lo debilita. Esto lo ha recogido El Colombiano en sus editoriales haciendo énfasis en que desde la llegada de Santos a la Presidencia la seguridad en el país se ha deteriorado.

Santos es consciente de ello, por eso su discurso en su última visita a la capital antioqueña fue cuidadosamente elaborado. Midió cada palabra que dijo. Ese día rompió su silencio frente al presidente Uribe. Lo elogió, agradeció a los antioqueños su apoyo a la Presidencia y los tranquilizó frente al legado de Uribe: "Amigos de Antioquia… la gallina Doña Rumbo goza de cabal salud. Sus pollitos nacieron y están cada vez más grandes".

Allegados al presidente han dejado saber que pocas veces lo han visto invertir tanto tiempo y tanto esfuerzo en un discurso y en una visita presidencial como el que tuvo con ocasión de los 100 años de El Colombiano. Santos les dijo a los antioqueños lo que querían oír. Pero para ellos la realidad de lo que están viviendo no coincidía completamente con sus palabras. Lo preocupante para el primer mandatario es que el malestar que se está registrando entre los terratenientes de Antioquia con la Ley de Tierras y algunos de sus programas, no sea un caso aislado.

(Cortesía SEMANA)

martes, 14 de febrero de 2012

Motosierra + alcohol = 3 años en la cana


DE INDIOS, NEGROS Y POBRETONES


Hace muchos años, cuando una mujer anunciaba a la familia sobre un nuevo pretendiente que le estaba pidiendo "la arrimada", el equivalente a "echar los perros" de hoy en día, de contado y sobre seguro tenía que responder a dos preguntas recurrentes que hacían abuelas, tías y mamá, casi en coro: "¿Y cómo se llama?", era la primera y, a decir verdad, irrelevante. Daba igual si se llamaba Gabriel o Justiniano. Lo realmente complicado venía después, con la segunda: "¿Y de los Escobares de dónde?".

¡Qué problema! No bastaba decir "del barrio Fátima". Había que coger papel y lápiz y empezar una genealogía de lo más complicada para demostrar que los hermanos, los papás, los abuelos y de ahí para arriba hasta los tatarapiratas, tenían hoja de vida y no prontuario.

Esta práctica todavía es más frecuente de lo que pensamos, pese a que el incremento poblacional y las nuevas formas de relacionarnos han desestimulado la costumbre de hurgar en los apellidos de un aspirante a colarse en la que se cree la "mejor" familia.

La discriminación sigue haciendo de las suyas a través de muchas formas: Puertas que se cierran en la nariz de un negro, servicios que no se prestan a un indígena, niños que no son recibidos en un colegio porque profesan otra religión o una cachetada envuelta en un "pobretón ordinario" que se le abrocha a alguien porque tiene gustos gastronómicos diferentes. Y claro, el trabajo que se le niega a alguien en razón de la nomenclatura de su casa. Tampoco falta el que sugiere "fumigar" un barrio entero, como si de cucarachas se tratara. A veces la segregación toma visos de genocidio.

Se discrimina por discapacidad física o mental; por apariencia, como si lo feo y lo bonito tuvieran estándares de medida; por etnia, por filiación política, por nivel intelectual, por edad y hasta por ordenamiento catastral. ¿Acaso hay algún sector exento de "indeseables"? Incluso los estratos altos, por no decir sobre todo, están llenos de emergentes de dudosa procedencia. El dinero no garantiza calidad humana.

Tomamos aire para largos discursos sobre igualdad, justicia y derechos humanos, mientras pensamos cómo y por qué despreciar al amigo, al vecino o al compañero de trabajo que es distinto a nuestros propios estereotipos, definidos por gusto o conveniencia.

Cualquier forma de discriminación, haya sido comentada aquí o pasada por alto, es, en último término, un acto de injusticia y de violencia que causa daños en otros seres humanos, y que a partir de diciembre de 2011 puede ser castigada con penas entre uno y tres años de cárcel, en virtud de la Ley 1482 de noviembre 30 de 2011. Que se cumpla yo no sé, pero existe.

Así que la próxima vez que se vaya a dirigir a alguien en términos de indio patirrajado, negro hijuetantas o pobretón ordinario, respire profundo, cuente hasta cien mil y recuerde que por mandato constitucional, ante la ley todos somos iguales, se supone. 

(Cortesía Elbacé Restrepo, Elcolombiano.com.co)

lunes, 13 de febrero de 2012

"Sin la presencia étnica afrodescendiente el país hubiera sido otro" Alfredo Vanín


El poeta del Pacífico, de la magia y el encanto de los manglares, la selva y su gente; un hombre sensible, sencillo y de sonrisa tímida, así es el maestro Alfredo Vanín Romero. 


Sus respuestas nos llevan al corazón de una comunidad que precisa oídos, pero sobretodo conciencia. Él hace un breve recorrido sobre la historia afrocolombiana, para explicar el importante aporte económico y cultural que han otorgado al país, pese a su desvalorización.


El suroccidente colombiano tiene una alta población étnica afro, pero según el maestro, todos, llevamos algo de África.

¿Cómo cree usted que los hombres y mujeres de ascendencia afrocolombiana inciden en la construcción de ciudad?


Esa pregunta se responde apelando a la historia. La diáspora africana en América es de obligada referencia para entender la formación de nuestros países. Sin la presencia afro, el perfil cultural y económico hubiera sido otro. Pero la historia nos muestra como los rasgos culturales de América se van definiendo a partir de estas situaciones históricas, en las que la presencia afro es muy interesante y muy importante, porque enmarcan para siempre la evolución de nuestros entornos, de nuestras sociedades.

¿Qué características inyectan las comunidades afro a las ciudades?


Como no, fijémonos que hasta genéticamente. ¿Creer que no hay presencia genética en Bogotá o en Popayán o en el eje Cafetero? En todos los sitios donde hubo esta interacción se da esa presencia. A veces ha sido absorbida a tal punto de no reconocerse, pero está.


La impronta más importante siempre será la cultural en cuanto ella es la que nos hace ser como somos y definirnos como nos definimos, aunque el problema es que se niega esa impronta cultural. Pero si se hace un examen a las músicas se va a encontrar que el bambuco, incluso su nombre es una palabra africana, es una creación afro e indígena. 


La manera en que asumimos la gastronomía también en muchos platos tiene ese origen afro, pero el modo de ser social, religioso, político, también está influenciado por lo afro. 


Además hay un vocabulario extenso de palabras que usamos, como ganga, como candonga que son banduismos o africanismos y que definen ese rasgo bien importante de la vida de un pueblo o de una ciudad y que es el habla.


Ahora la distribución de las ciudades, de las casas en las zonas urbanas donde la esclavización fue muy fuerte, necesariamente también ha influido. Las construcciones tenían atrás un patio, un lugar para la servidumbre, en el caso de Popayán para sus esclavizados.

¿Cuáles son esas improntas que se niegan?


Claro, la huella del trabajo del esclavizado está en cada una de las paredes blancas de Popayán o en Las Murallas de Cartagena. El país ha perdido mucho invisibilizando unos elementos, unos aportes culturales que son tan ciertos y forman parte de nuestra personalidad como país. 


Tanto la víctima sufre la discriminación, como el país ha perdido la capacidad de reconocerse. Pero lo que está ocurriendo es peor, está en boga ahora una creciente oleada de desvalorización, de un racismo más sutil pero no menos efectivo y eso hace mucho daño en una sociedad tan conflictiva como la nuestra.


Ahora si nosotros, como dice Zapata Olivella, atendiéramos a ciertos elementos filosóficos que aportó la diáspora africana como el Muntu, donde todos somos parte de la naturaleza, de una integración y no podemos matar impunemente. Lo mismo con las cosmovisiones indígenas. Creo que si reconociéramos esos orígenes, les pusiéramos muchas más atención y visibilizáramos eso que está por dentro de la concepción de nuestra vida, sería mucho más fácil articular nuestra sociedades, formar país y quitarnos esta esquizofrenia asesina que padecemos.

Cuando a las comunidades afro se les reivindica o se les reconoce, muchas veces se hace desde una mirada folklorista. ¿Eso es cierto y hasta dónde se invisibilizan otros aspectos?


Si esa mirada folklorista se origina en el hecho de que para poder justificar el avasallamiento y el etnocidio cometido contra los afrodescendientes y los pueblos indígenas a menudo hay que desvalorizarlos, tranquilizar las conciencias en torno a la mayor hecatombe humana que se ha producido: 50 millones de hombres y mujeres arrancados de África. Entonces la esclavitud fue una especie de cárcel donde los derechos no existían, eras un objeto, una pieza, no eras nadie y de allí que la palabra ‘negro’ esté cargada de un connotación colonial despreciativa. Nadie en África se llamaba negro, se llamaban Guantus o Yoropos, en fin. 


Entonces toda esta lucha que llevamos por dentro hay que hacerla permanentemente, descolonizarnos para poder ser tratados de igual a igual con las diferencias de cualquier otra persona del mundo. Esa es una de las tareas urgentes que hay que realizar.


Ahora esa folklorización quiere decir que todavía son niños, menores de edad, y esa es la mirada que siempre se ha tenido, – ay qué bonito los negros bailando-, son unos niños que no pueden expresarse de otra manera o de pronto pateando un balón. 


Tenemos ya un cuerpo de escritores afrocolombianos importantes en las bibliotecas y en la música no solamente la llamada folklórica sino en música sinfónica también tenemos.


Ahora yo pienso que cualquier abordaje del estudio cultural sobre expresiones culturales como la música y la misma tradición oral, se deben hacer no como una manera folklórica o buscando un sustrato folklórico, sino como una propuesta estética que subyace allí y que viene de diferentes lugares del mundo. Viene de los africanos, viene de los relatos de caballería y de la picaresca española y tiene elementos indígenas de América.


Cabe reconocer que la literatura en las letras de la música y también la danza, son unas maneras complejas de expresión de las comunidades afro.


Como no, y no es algo específicamente folklórico sino que está reviviendo muchos de los elementos de la historia. Yo alguna vez afirmé que la imaginación de un pueblo trabaja con los elementos de su historia. Si, en esa danza hay una expresión de esa historia, hay una recuperación del pasado que se está abriendo una puerta al futuro. Decodificar estos símbolos es lo que tenemos que hacer en lugar de reducirlo todo a un ‘baile de negros’ o a una mera expresión folklórica.

¿Qué es lo que las comunidades afro están problematizando con el objetivo de solucionar?


Lo más importante políticamente es la igualdad de oportunidades, pero por otro lado en las zonas rurales, el problema del territorio frente al conflicto está muy grave. El territorio se ha vuelto ingobernable frente al conflicto y eso es muy coincidencial en los territorios de comunidades afrocolombianas, indígenas, de los territorios colectivos. 


Y segundo, la riqueza biológica y biogenética de este país está fundamentalmente en la amazonia y en las selvas del pacífico, entonces la autodeterminación de nuestros pueblos está en riesgo.

¿Cómo sería una manera de integrar y reconocer respetuosamente a las comunidades afro en ciudades como Popayán?


Cuando yo logré reconocer y respetar como igual a ese otro que está allí en todas sus facultades, no como un menor de edad que necesita ser protegido, sino como alguien autónomo que necesita ser escuchado.

Eso implica una descolonización. Primero entender que el país es de todos, que todos hemos contribuido a crearlo desde distintos mundos; y en segundo lugar, descolonizarse significa también que el mundo no se designe desde lo euro-céntrico o lo andino, sino a través de todas las expresiones. 


La palabra integración tiene muchos filos porque integración puede ser homogeneizante y no se trata de eso, sino de destruir elementos culturales valiosos, sino dejarlos evolucionar en sus entornos propios o en los entornos nuevos, pero que vayan evolucionando de acuerdo a las mismas necesidades de ese pueblo. 


Un poeta africano decía “el día que un hombre sea definido más por el color de sus ojos que por el color de su piel, estamos entendiendo al otro”. Cuando trabajamos una política de reconocimiento, parto diciendo ese hombre del Pacífico: negro, indígena, mestizo o blanco, es importante por la cultura que ha hecho, pero no empiece diciendo este negro del pacífico, parece sencillo pero hay una gran diferencia porque estoy empezando a definir a partir de una pigmentación que no marca diferencias culturales absolutas sino físicas.

Además la humanidad surgió de África, el Homo Sapiens se formó allá y se dispersó por el resto del mundo. Una razón más para decir: ¡todos somos afro descendientes!

¿A qué se debe que haya población afro en las ciudades interandinas?


El proceso de colonización de las haciendas trajo la mano de obra esclavizada, inicialmente para la ganadería y la agricultura y la servidumbre, pero al descubrirse el potencial de oro en el pacífico es cuando empieza el trabajo de minería, pero esto es más tardío.

¿Y en la historia más actual?


El desplazamiento actual es forzado para poder preservar la vida y dicho ciclo migratorio de la gente del Pacífico ha sido muy amplio. Ahora en el Valle del Patía, en el Norte del Cauca la presencia afro obedece a que allí hubo Palenques o hubo asentamientos ganaderos de los españoles y eso hace muy interesante la presencia de los afros en las zonas interandinas.


Los caleños dicen que actualmente se les llenó de negros la ciudad y eso no es cierto. Katerinn Romo, una investigadora, dice que en el siglo XVIII era mayoría la presencia de afros y sobretodo libres porque la esclavitud es una institución golpeada desde muy temprano por la rebeldía. 


En el caso de Popayán desde luego la necesidad de centros de educación y la búsqueda de fuentes de empleo, jalona esa presencia. Lo mismo en Bogotá el desplazamiento desde luego ha sido enorme. Entonces, el actual desplazamiento ha contribuido a engrosar la presencia, pero siempre estuvimos.

¿Cómo ve la convivencia entre la población afro en la ciudad y de las comunidades afro con el resto de ciudadanos?


Sigue siendo una relación problemática en el sentido en que el negro llega como un agregado, no permite que se de una convivencia, siempre se le mira con recelo y eso va creando un pequeño gueto. Entonces la respuesta del afro es formar palenques, metafóricamente estoy diciendo – tengo que apalencarme para poder hacer frente a la discriminación–.


Muchas veces ciertas capas populares van sintiendo cierto recelo cuando llega mano de obra de afuera. Este fenómeno es universal, entran en competencia y las situaciones racistas se vuelven ya intolerables. 


Pienso que es esa misma estructura colonial con que se construyó el país, donde había una pirámide y usted estaba en la última planta y de allí no podía salir, la que no contribuye a terminar esta colonización sino que la refuerza de manera más simbólica.


A veces se escucha la expresión que la discriminación no existe, que lo que existe es una defensiva por parte de la comunidad afro.


Esa defensiva de pronto es una respuesta, pero la discriminación existe y es nacional, es mundial. Existe una discriminación, que si bien no es real en el sentido tangible, es simbólica y esa es muy dura. Es decir, uno no siempre encuentra la expresión concreta para evidenciarla pero está allí. Cauca tiene una costa poblada, el Valle del Patía y el Norte, poblado de afros y su presencia en las directivas es muy baja y no porque no haya, ese un resultado muy concreto.

(Cortesía Elpais.com.co)

miércoles, 8 de febrero de 2012

Charles Hamilton Houston, 1st African-American Editor of the Harvard Law Review



Charles Hamilton Houston, a powerful advocate of civil rights, helped gain ground for the movement by taking the fight to the court system. Houston earned his A.B. from Amherst College at age 19 and then began teaching English at Howard University. He joined the Army during World War I, serving in a segregated unit of the American Expeditionary Forces. In 1919 Houston entered Harvard Law School, where he served as the first black editor of the Harvard Law Review. He later joined the faculty at Howard University and began preparing young black lawyers, including Thurgood Marshall, to argue cases against discrimination. Houston himself argued a number of cases before the Supreme Court, serving as special counsel to the National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) from 1935 to 1940. 

lunes, 6 de febrero de 2012

Joe Arroyo, pionero afrodescendiente del género tropical



Joe Arroyo nació en Cartagena en 1955, en medio de duras carencias, entre ellas, la de la figura paterna. Su barrio, Nariño, era el de los palenqueros, de ahí el rasgo africano que marcaría su música; muy joven aprendió las palabras de la lengua criolla de origen bantú -heredada de la que trajeron esclavos senegaleses- que luego aparecerían en muchas de sus composiciones.

Comenzó a cantar en el coro de su colegio, el Seminario Santo Domingo. Por esos días cantaba con un balde en la cabeza, de los que usaba para llevarle agua a su mamá, y alternaba entre el coro religioso y sus frecuentes apariciones en los burdeles de Tesca, antigua zona de tolerancia de Cartagena. Para entonces ya había decidido que lo suyo era la salsa, con Richie Ray y Bobby Cruz como referentes.

Pronto pasaría de cantarles a los obispos a alternar con varias bandas cartageneras y a conquistar la audiencia con el show que hacía en el programa Radio Vigía, de la emisora Fuentes. Poco después se mudó a Sincelejo, bajo el amparo del maestro Rubén Darío Salcedo, quien lo mandó a guardar el 'Álvaro José' para bautizarlo 'el Joe'.

Con la orquesta de Salcedo hizo sus primeras correrías por el país. Permaneció en ella hasta el día en que lo contactaron unos músicos disidentes de la orquesta Michi y su Combo Bravo. Lo necesitaban para un proyecto con un propósito claro: "Hacer salsa brava, a lo Richie Ray". Así nació La Protesta.

Como voz principal de La Protesta llamó la atención de Discos Fuentes, sello que lo reclutó en 1972 y de una vez lo puso a cantar en la orquesta estelar del momento: Fruko y sus Tesos, que acababa de perder a su voz principal, Piper Pimienta, por diferencias con Fruko. Con apenas 17 años conformó con Wilson Manyoma Saoko un dúo que dejó huella en la música tropical colombiana. La orquesta también le dio una denominación de origen, Colombia, a la salsa que tocaban. Toda una novedad.

De esta época son canciones que todavía hoy suenan, como Nadando, Manyoma, Confundido y El caminante. Después de casi una década de sólo éxitos con Fruko, el Joe sintió que era hora de brillar con luz propia y, según ha dicho, movido por un sueño que tuvo, decidió montar su propia orquesta: La Verdad, proyecto que tardó varios años en despegar.

En ese lapso tuvo una fuerte crisis de salud a la que llegó tras tomar la ruta de los excesos y que llevó a una emisora de Barranquilla a anunciar su muerte. Problemas con la tiroides por poco obligan a los médicos a extirpar esta glándula, lo que habría comprometido sus cuerdas vocales. Por suerte, a punta de yodo radioactivo se recuperó. Y de qué manera.

Vino entonces la cúspide de su carrera. Con La Verdad recorrió el mundo y entre 1985 y 1990 produjo un álbum por año, y cada uno traía un hit más arrollador que el anterior. De esta época es Rebelión, una declaración de principios, una canción sobre la opresión de los españoles a su pueblo que ha sido centro de jolgorios y estudios académicos por igual y que partió en dos su trayectoria.

Con ella refrendó su ingreso a las grandes ligas de la música latinoamericana. Rebelión también le abrió las puertas de la BBC, que le dedicó un capítulo de una serie documental sobre músicos sobresalientes de todo el mundo.

Por esta época también les cantó a los reyes de España en Expo Sevilla 92; el diario The New York Times se refirió a él como uno de los artistas más importantes del planeta y firmó en Inglaterra con el sello Island Records, el mismo de Bob Marley y U2. Además, ganó cuantos Congos de Oro quiso en el Carnaval de Barranquilla, y una noche de 1992 en la que festejaba sus 20 años de vida artística se dio el lujo de convocar a 60.000 seguidores en El Campín.

Tras alcanzar la cima, vino la retirada, a finales de los 90. Pasó la última década en cuarteles de invierno, con pocas apariciones y muchas malas noticias, entre ellas una que lo devastó: la muerte de su hija Tania, en el 2001. Todo esto entre múltiples complicaciones de salud: a sus problemas con la tiroides se sumaron una infección en los pies, fallas en los pulmones, hinchazones constantes en la piel, fatiga muscular y, por último, una insuficiencia renal.

Y es que su vida fuera del escenario, mucho más nocturna que diurna, ha sido fuente de inspiración, pero también la causa de buena parte de estos problemas. "Joe siempre vivió al revés: a los 13 años, salía a las 10 de la noche a cantar en los burdeles de Cartagena, volvía a las 4 de la mañana y de ahí salía a estudiar a las 7.

Desde entonces se acostumbró a ser un vampiro, a vivir de noche", asegura Mauricio Silva, autor de su biografía El centurión de la noche. Y con la noche, sus peligros: las mujeres, que no le faltaron, el licor a borbotones y de ahí el salto a las drogas fuertes, sobre todo al bazuco, que desde muy joven lo atrapó y al que le hizo múltiples guiños en las letras de sus canciones. Nunca ha negado su consumo, pero tampoco lo ha proclamado.

 "Siempre quedó en el imaginario un tipo sabrosón que fuma bazuco y mete cocaína. No mandaba mensajes como David Bowie o el mismo Héctor Lavoe, nunca hizo una declaración fuerte y polémica sobre el tema como sí lo han hecho tantos 'rockstars'. La gente se quedó con el negro chévere y bacano", dice Silva.

Un "negro bacano" que alcanzó, como ningún otro colombiano lo ha hecho, las grandes ligas de la música latina. "Él está en un olimpo con Celia Cruz, Ismael Rivera y Benny Moré", dice Silva.

La causa de su grandeza, lo que lo hace único es que, como ninguno antes lo había hecho, Joe miró al África y de allí tomó ingredientes para enriquecer sus trabajos, además de trajes y collares que lucía en los conciertos. Se propuso buscar las raíces no sólo de su música, sino de su pueblo en este continente. Tendió un puente musical entre dos lugares con un pasado común. Y lo hizo no sólo para enriquecer su repertorio.

También se preocupó por reescribir la historia. Por darle voz a su gente afro. Y es que gran parte de su suceso se debe también a que supo decir cosas importantes. Sus letras tienen sustancia, no son las de la salsa romántica de los últimos años. Sabe hablar con elegancia del amor, pero también de las dificultades más cotidianas, de la noche y de las herencias de una cultura. Y todo con una voz prodigiosa.

Además, fue el primero que rescató sonidos tradicionales africanos y del Caribe y los fusionó con otros más contemporáneos. Así dio a luz a su 'joesón', como él mismo bautizó en 1985 una música que cada vez se hacía más singular. Y tras el 'joesón' vino otro periodo fundamental en su carrera. "A partir de 1994, se dedica a la investigación del sabor caribe. Sus últimos éxitos fueron folclóricos: lejos de la salsa y el 'joesón', se mete más por el río Magdalena e incorpora a su repertorio canciones de cuna de las negras del río; bullerengues y chandés, entre otros", apunta Silva.

Todo esto le permitió darles un nuevo aire a la salsa y a la música colombianas. Abrió el camino por el que hoy transitan los grupos que mandan la parada. Así lo reconoce Simón Mejía, de Bomba Estéreo: "El hecho de retomar ritmos colombianos, de volver a mirar toda esa herencia africana que tiene la música para producir música y generar nuevos sonidos ha sido el punto de partida de Bomba Estéreo y esto es en gran parte herencia del gran Joe".