RENUNCIA DE RESPONSABILIDAD : Las opiniones aquí expresadas pertenecen al autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista del Departamento del Estado de los EEUU, el Programa Fulbright, la Comisión Fulbright de Colombia, el Instituto de Estudios Internacionales (IIE) o la Universidad de los Andes. Léase todo con comprensión. Atentamente, Gabriel-Josué Hurst

domingo, 17 de octubre de 2010

Georgetown: Uribe y sus jesuitas



El primer día de clase del ex presidente Álvaro Uribe Vélez como "Educador Distinguido en la práctica del liderazgo global" de Georgetown University estuvo precedido de cierto secretismo y polémica. Desde el 9 de septiembre, el controvertido ex primer mandatario colombiano se estrena como un conferencista laureado con honores dentro de los claustros de la institución pedagógica católica para estudios superiores más antigua de los Estados Unidos.

En su intervención, en un inglés rústico y ante una treintena de estudiantes, Uribe destacó la importancia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos para su país, pero no trascendieron detalles del contenido de la clase, celebrada a puerta cerrada y, al finalizar su comparecencia, el ex mandatario no hizo declaraciones a los medios de comunicación.

En el exterior, por segundo día, un grupo de estudiantes -una treintena, de acuerdo con la agencia de noticias EFE- protestó contra su presencia en esa institución académica. Los manifestantes estaban convocados por la "Coalición Adiós Uribe", que agrupa a varias organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y asociaciones estudiantiles. "Intentamos educar a la comunidad universitaria sobre quién es el verdadero Uribe ya que la universidad decidió su nombramiento sin ninguna consulta", le dijo a BBC Mundo Nico Udu-Gama, miembro de la Coalición Adiós Uribe. Durante la conferencia del ex presidente, una activista de la organización intentó preguntarle sobre algunas cuestiones polémicas de sus mandatos. "Una compañera le cuestionó sobre los falsos positivos. Él se limitó a decir que eso son mentiras y no quiso entrar en el debate", apuntó Udu-Gama.


Un grupo de unos 80 profesores de prestigiosas universidades de EE.UU.reclamó a la Universidad de Georgetown que remueva al ex presidente Álvaro Uribe de su cargo de "académico distinguido" por considerarlo "una afrenta". Según se filtró a los medios estadounidenses, los académicos dirigieron una carta al rector de la universidad, John J. DeGioia, en la que destacan los problemas registrados en el área de derechos humanos durante el mandato de Uribe (2002-2010). "Esperamos que usted reconsidere su decisión de acoger a Álvaro Uribe en Georgetown, a la luz de las preocupaciones" recogidas en la misiva, indicaron.

La presencia de Uribe en el centro educativo con sede en Washington es "una afrenta a los académicos y a su misión educativa" en Georgetown, puntualizan los alrededor de 80 firmantes de la carta. Entre los firmantes figuran profesores universitarios y expertos de centros de estudios en todo Estados Unidos, entre éstos Noam Chomsky, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Deborah Poole, de Johns Hopkins University, y Gilbert Joseph, de Yale University.

Los académicos salieron así a respaldar una carta abierta emitida el pasado día 6 por el jesuita colombiano Javier Giraldo, investigador y activista de derechos humanos, para protestar porque Uribe esté dando clases en Georgetown, una Universidad católica regida por jesuitas. En esa carta, enviada al jesuita estadounidense John Dear, el sacerdote colombiano aseguró que "ofende" y "pone en riesgo" la formación ética de los jóvenes el hecho de que Uribe imparta clases en la Facultad del Servicio Exterior de ese prestigioso centro de estudios.


Giraldo, del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), afirmó, entre otras cosas, que "es difícil" que las directivas de Georgetown "ignoren al menos las profundas controversias éticas que levantó su Gobierno  y los requerimientos y sanciones que recibió de muchos organismos internacionales que tratan de proteger la dignidad humana." El prelado lo acusó de haber "fundado y protegido" a grupos paramilitares que "asesinaron y e hicieron desaparecer a millares de personas" en los últimos años en Colombia, y calificó de "escandalosa" la práctica de los "falsos positivos" durante su mandato.

El presidente, Juan Manuel Santos, terció en el debate y rechazó la carta en la que los catedráticos estadounidenses, molestos ante el nombramiento de Uribe, le piden a la Universidad Georgetown revocar al ex mandatario colombiano Álvaro Uribe su cargo de “académico distinguido.” Santos se referió a ellos en duros términos, tachándolos de pseudointelectuales. “Quisiera aprovechar esta oportunidad para rechazar a estos 48 pseudointelectuales que enviaron una carta a la universidad donde el (ex) presidente Uribe está dictando clase, diciendo que no es digno (...) de ser profesor (...)”, señaló Santos a periodistas en un acto público en Yumbo, Valle del Cauca. El mandatario agregó: “¡aquí en nuestro país respetamos y queremos al presidente Uribe!” y remarcó que durante el Gobierno de Uribe, de dos periodos (2002-2006 y 2006-2010), se devolvió a los colombianos “la fe en el futuro.”


Sin embargo, Uribe también ha recibido muestras de apoyo y de conmiseración. "Que se sepa que en Georgetown hay mucha gente que no solo estamos agradecidos con el presidente sino que estamos muy orgullosos de que esté acá", dijo el estudiante colombiano Orlando Ardila, en segundo año de la Facultad de Negocios, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias EFE. El ex presidente colombiano fue nombrado docente de esta universidad católica el pasado agosto y se espera que participe en seminarios y otras actividades académicas en la Escuela de Diplomacia Edmund A. Walsh. "Uribe aportará una perspectiva única a las discusiones sobre asuntos internacionales en Georgetown. Nos complace que nos haya elegido como lugar donde compartir su conocimiento", aseguró Carol Lancaster, decana de la escuela, en el momento del nombramiento de Uribe el pasado agosto.

El ex mandatario colombiano gobernó en ese país entre 2002 y 2010. El pasado 7 de agosto entregó el mando a Juan Manuel Santos.

Mi opinión (ALGUNAS PARTES TOMADAS DE ELTIEMPO.COM)

No me molesta ni me indigna que el rector de Georgetown University, John J. DeGioia, le haya convidado a Uribe a dar charlas en calidad de "académico distinguido." Las universidades están investidas con el derecho de invitar no sólo a líderes que cambiaron a sus países con actos de gobierno; deben escuchar también a aquéllos que contribuyeron a su progreso material en medio de un alarmante retroceso ético. De esto consta la universalidad de pensamiento. 


No obstante, no les resto valor a las razones éticas y política que presentaron notables intelectuales de Colombia y Estados Unidos al rechazar la presencia de Uribe Vélez en dicha univesidad. Vuelvo a repetir (pleonasmo) que la Universidad es el escenario del pensamiento libre. Y esto incluye el pensamiento de aquéllos que condicionaron la "libertad" a sus ambiciones de poder, pervirtiendo la idea de gobierno con el cinismo del todo vale y el sentido de la democracia con la imposición del miedo colectivo.

No coincido en los argumentos según los cuales a Uribe no debía habérsele invitado. Total, invitó al pelmazo de José María Aznar. Creo, en cambio, que la censura es contraria al debate académico, debate que el mismo Uribe, siendo presidente, satanizó continua y agresivamente, reservándose la razón para él y señalando a los opositores de su gobierno como cómplices de los terroristas. 

Por una ironía desconcertante, el presidente que más despreció al mundo académico de su país es premiado con una cátedra universitaria. Pero la democracia gana más permitiéndole hablar que censurándolo. Y ganaría mucho más si DeGioia invitara a un contradictor del profesor Uribe al mismo escenario.


Si le damos la razón al asesor más incondicional que rodeó a Uribe, el ex presidente es "una inteligencia superior" y el autor de un importante cuerpo de doctrina. Debió de ser esto lo que llamó la atención del Sr. DeGioia. Lástima que no haya pedido antes un concepto al padre Francisco de Roux, sacerdote jesuita calumniado miserablemente por un ex ministro de Uribe.

Es una pena que la de Uribe sea una cátedra sin derecho a réplica. Nadie estará allí para recordarle lo que hizo para poner en práctica su doctrina, una versión tropical de la defendida por George W. Bush. No habrá nadie que recuerde los delitos, no digamos cometidos por el profesor, pero sí por funcionarios del equipo de gobierno que lo rodeó y que aún sigue siendo investigado y juzgado.

Las acciones delictivas que beneficiaron al ahora profesor Álvaro Uribe no harán parte de la bibliografía secundaria que probablemente ofrezca a sus alumnos. No figuran en ningún grupo de investigación de Colciencias. Los llamados 'falsos positivos', por ejemplo, serán una vil maniobra de las conspiraciones fraguadas en su contra por los "terroristas", lo mismo que las 'chuzadas' del DAS contra magistrados y oposición y una reelección fraudulenta.

Los fallos de la Corte Suprema y la Fiscalía contra políticos que dieron mayoría a sus dos gobiernos no figurarán en la agenda académica del conferencista. La cátedra de Uribe es, pues, una cátedra incompleta. Si habla de los logros de sus gobiernos en el sector agrícola, no hablará de la contrarreforma agraria que consolidó el 'narcoparalatifundio' de hoy.


Pese a todo esto, no creo que la presencia de Uribe en la Georgetown University sea "una afrenta a los académicos y a su misión educativa". Es, a lo sumo, el paso fugaz por la Academia de un político experimentado y carismático, infatigable y temerario, muy popular y profundamente cuestionado. Pero la Universidad no cambia su esencia con estas visitas. Desgraciadamente, no cambia tampoco el talante de los profesores invitados.

Óscar Collazos,
Universidad de Tolima

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